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1. INTRODUCCIÓN
Ser maestro en el Perú es un desafío y compromiso enorme, más todavía cuando los mismos tienen
que enseñar en zonas rurales, porque la situación es muy diferente al momento de poner en práctica
una sesión y, los estudiantes en la zona urbana a diferencia de lo rural, presentan diferentes tipos de
pensamiento; algunos son críticos (Ross & Gautreaux, 2018; Segura-Azuara et al., 2018; Hincapié et
al., 2018; Huanca-Arohuanca & Canaza-Choque, 2019; López, 2020; Huanca-Arohuanca, 2022a) y
otros son pasivos. De manera que, otros requieren más atención que otros y, es ahí donde se
encuentra a escolares con hiperactividad; pues, están en actividad constante, tienen tendencia a
distraerse fácilmente, son impulsivos, son incapaces de concentrarse y presentan con frecuencia
cierta agresividad.
Se indagó por varios años que la hiperactividad en el proceso aprendizaje-enseñanza, deriva un bajo
rendimiento académico en diferentes materias. Parece ser que el problema está en los que enseñan,
ya que, al parecer no conocen variedad de estrategias o técnicas para mantenerlos alertas en el tema
propuesto (Soto-Grant, 2018; Polo & Acuña, 2018; Huanca-Arohuanca & Geldrech, 2020). Tanto
así que, el problema es muy monótono en casi todas las instituciones del sur peruano.
Cabe mencionar que, el presente estudio se encaminó en analizar la variable hiperactividad y
rendimiento académico de los escolares de las Instituciones Educativas Secundarias (IES) de Puno,
ya que, la mayoría de escolares presentan problemas de hablado excesivo de temas no indicados a
lo académico o escuetamente despistan la conversación por otras cosas y, otros simplemente alegan
que están pasando por un estrés alto (Huanca-Arohuanca et al., 2020). En 2018, los actores
educativos encargados de la institución en estudio, comunicaron su inquietud a los apoderados
referente a ese escenario. Pues, sostuvieron que un 60% de estudiantes no manejan el autocontrol y
sus acciones no miden las consecuencias; lo cual quiere decir, que los escolares necesitan ser apoyados
por el departamento de la institución, todo ello, con la finalidad de atender a los escolares con
problemas de hiperactividad (Navarro et al., 2015; López et al., 2018; Buitrago et al., 2020).
En ese criterio, los estudiantes con hiperactividad suelen provocar conflictos de hasta mínimas cosas,
dado que, se sienten desatendidos (Barreto-Zorza et al., 2018). Lo anterior puede ser un indicador
de que el estudiante es conflictivo. Es más, esos mismos alumnos tienen conflictos para conservar la
atención durante el desarrollo de una sesión. Puesto que, desperdician la posibilidad de terminar su
tarea y pierden frecuentemente sus cosas en el aula. Por esa misma razón, los apoderados y docentes
deben estar a la mira si otro escolar que viene con traslado externo tiene ese tipo de trastornos de
difícil de atención o no (Marques et al., 2018; Sencia, 2017).
Al respeto, existen algunos antecedentes entorno al tema, tal como el estudio de Navarro (2009),
cuando establece que la muerte cognitiva está comprometida en el Trastorno por Déficit de Atención
e Hiperactividad (TDAH) y, resumidamente, en el subtipo de inatención. Así mismo, el mismo
estudio concluye que los escolares soslayan la variación de subtipos cognitivos. Por su parte, León
(2017) sostiene que la influencia del TDAH y el rendimiento académico bajo en los estudiantes de
Santa Juana de Arco, arribó a la conclusión de que la mayoría de afectados en su rendimiento
académico son varones, lo cual incluso lleva a presentar dificultades en el cálculo matemático. Un
similar estudio de Flores y Montenegro (2002), indica que el TDAH vinculado a los factores de