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1. INTRODUCCIÓN
De acuerdo a Pérez (2013), una de las características del mercado laboral de los países en
desarrollo consiste en la existencia del sector informal, dada la poca capacidad del sector
moderno para absorber una oferta de trabajo en constante crecimiento. Desde esta
perspectiva, el sector informal hoy día constituye una fuente de empleo e ingreso para
millones de personas, que están obligadas a desarrollar las actividades de pequeña escala, de
baja productividad e intensivas en mano de obra. En ese sentido, se puede argumentar que
la informalidad laboral es un problema social, debido a que los ingresos que perciben, tantos
hombres, como mujeres producto de su trabajo informal son menores de lo que podrían
obtener si estuviesen vinculados al empleo formal, lo cual implica que ser informal aumenta
la probabilidad de ser pobre. Por su parte, Pérez; Yánez y Cano (2014), señalan que los
empleos informales se caracterizan por ser de baja calidad e ingresos, y a esto se agrega la
inestabilidad económica que crean en el individuo por no recibir un salario justo y fijo para
atender sus necesidades primarias. Esto afecta particularmente a las condiciones de vida de
la población, lo que desencadena un ciclo de pobreza y exclusión social, ya que al contar con
bajos ingresos producto del empleo informal, las personas no podrán satisfacer las
principales necesidades lo que afecta la calidad de vida.
Cruz y Brenes (2016), quienes analizaron los determinantes de la probabilidad de ocupar un
empleo informal. La variable de interés determina si un individuo es formal o informal (1 si
existe informalidad, 0 si no existe informalidad). Se tomaron en cuenta las siguientes variables
independientes: zona de residencia, edad, sexo, edad al cuadrado, nivel educativo y actividad
económica. De acuerdo a los resultados, existe mayor probabilidad de ser informal al vivir
en la zona rural y pertenecer a los estratos con bajos niveles de educación, afectando más a
mujeres, jóvenes y personas de edad avanzada; así mismo la informalidad genera ingresos
menores que los del empleo formal y se concentra en las actividades agrícolas y de comercio.
Galvis (2012) en su estudio analizó los determinantes de la informalidad laboral para
Colombia, para lo cual estimó un modelo econométrico logit.
De acuerdo a los resultados, se determinó que los perfiles de los informales en Colombia se
caracterizaron por presentar bajos niveles educativos, menores niveles de ingreso laboral y
se desempeñaban en establecimientos de menor tamaño que los trabajadores formales. A
nivel regional, los niveles más altos en el grado de informalidad lo presentaron ciudades que
están por fuera del centro de actividad económica del país, especialmente las ciudades que
no se encuentran en el trapecio formado por Bogotá, Cali, Medellín y Bucaramanga.
Asimismo, se encontró que ser mujer, jefe del hogar, aumentan la probabilidad de ser
informal. Mientras que la edad, estar casado, el nivel educativo, pertenecer a la zona urbana
y trabajar en la administración pública, reduce la probabilidad de ser informal.
Yépez y Zambrano (2011) analizaron los determinantes de la informalidad laboral en el área
metropolitana de Pasto, Colombia. Para este fin, estimaron un modelo econométrico logit.