neutralization. To quantify the amounts of CO2 and sulfuric acid, mass balances were used. The carbon footprint is
5,113.96 kg CO2 equivalent for the current process and 1,112.82 kg CO2 equivalent when CO2 is used to replace
H2SO4 in the neutralization process, representing a 78,24 % decrease. The environmental feasibility of replacing
sulfuric acid with CO2 is demonstrated since there will be a decrease of 69,1 points for the total process in terms of
damage categories and 4001,14 kg of CO2 equivalent.
Keywords: Climate change; carbon dioxide; neutralization.
1. INTRODUCCIÓN
Los principales mecanismos de contaminación
atmosférica son los procesos industriales que
implican la combustión, tanto en industrias
como en automóviles y calefacciones
residenciales, que generan dióxido y monóxido
de carbono, óxidos de nitrógeno y azufre, entre
otros contaminantes. La contaminación
atmosférica puede tener carácter local, cuando
los efectos ligados al foco se sufren en las
inmediaciones del mismo, o planetario, cuando
por las características del contaminante, se ve
afectado el equilibrio del planeta y zonas
alejadas a las que contienen los focos emisores.
Los gases de escape generados en los procesos de
combustión se denominan gases de combustión.
Su composición depende del tipo de combustible
y de las condiciones de combustión. Muchos de
los componentes de los gases de combustión son
contaminantes del aire.
El mundo industrializado ha conseguido que la
concentración de los gases de efecto invernadero
haya aumentado desde el siglo pasado, (López,
2013). Un mecanismo clave para mitigar dicho
impacto es reducir considerablemente las
emisiones de CO2 a la atmósfera, (Liu, 2021). El
cambio climático global genera un gran interés
en las tecnologías relevantes para la captura de
CO2. Este gas es incoloro e insípido y se genera
en todos los procesos de combustión y durante la
respiración. Debido a su propiedad de filtrar el
calor radiante, es una contribución importante al
efecto invernadero. En Cuba existe un Plan del
Estado para el enfrentamiento al cambio
climático, conocido como Tarea Vida.
En la textilera “Desembarco del Granma” existe
una planta de tratamiento de residuales líquidos
que consta de etapas físicas, químicas y
biológicas. En la etapa química se neutralizan las
aguas alcalinas provenientes de los procesos
tecnológicos principales. En estos momentos se
emplea como agente neutralizante el ácido
sulfúrico, pero el mismo es corrosivo y puede
producir graves quemaduras en los ojos, la piel e
irritar las mucosas. En contacto con productos
orgánicos los deshidrata y carboniza, llegando en
ocasiones a incinerarlos. Es considerado un
agente tóxico para la vida acuática. En el suelo
puede disolver algunos minerales, deteriorando
las características de este, (Uibu y col., 2014).
Teniendo en cuenta las características del H2SO4
se valora su sustitución por CO2 para neutralizar
las aguas residuales alcalinas de la textilera. Al
emplear el CO2, emitido por los procesos de
combustión del generador de vapor y el
calentador de aceite (fuentes fijas) de la textilera
“Desembarco del Granma”, en la neutralización
de las aguas residuales se mejorará la calidad de
las mismas y a su vez estas aguas tratadas podrán
retornar a los procesos tecnológicos principales,
dando muestras de la economía circular en la
industria considerada en esta investigación.
Dentro de las necesidades de ajuste del pH, es
posible encontrarse con aguas con pH muy
elevados. Por ejemplo, aguas residuales con
valores entre 9 y 13, debido a un alto contenido
en iones (OH-). El CO2 reúne los requisitos
necesarios para justificar su empleo en la
neutralización de las aguas residuales. En La
neutralización con CO2 es una forma sostenible
de reducir el pH del agua, ya que no solamente
evita la formación de sales residuales como
cloruros o sulfatos, sino que contribuye a que el
CO2 quede fijado en el agua en forma de
bicarbonatos, evitando así su emisión a la
atmósfera, (Pallé, 2018, Schulz y col., 2006). En
la mayoría de los casos, los causantes de estos
niveles son los hidróxidos de sodio y de calcio.
Cuando esto sucede, al usar CO2 en lugar de
otros ácidos minerales, este reacciona
directamente con el hidróxido correspondiente
formando primero carbonatos y a continuación
bicarbonatos, logrando reducciones de pH,
(Pichler y col., 2020).
La huella de carbono se puede definir como el
conjunto de emisiones de gases de efecto
invernadero producidas, directa o
indirectamente, por personas, organizaciones,
productos, eventos o regiones geográficas, en
términos de CO2 equivalentes. Es una
herramienta muy útil de gestión para conocer las
conductas o acciones que están contribuyendo a
aumentar las emisiones, cómo se pueden mejorar
los recursos y hacer un uso más eficiente de ellos.
La huella de carbono surge como una medida de
cuantificar y generar un indicador del impacto
que una actividad o proceso tiene sobre el cambio
climático, más allá de los grandes emisores,
(Salas y Condorhuaman, 2009, Shahabadi y col.,
2010). La huella de carbono es un indicador
ambiental que refleja la cantidad de gases de
efecto invernadero (GEI), expresada como CO2
equivalente, que es emitida directa o
indirectamente como consecuencia de una
actividad determinada. Aunque es habitual