Ángel Gutiérrez
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INTRODUCCIÓN
Todos los sistemas educativos incluyen criterios para la identificación de estudiantes que tienen
dificultades de aprendizaje y procedimientos para su atención diferenciada. Además, con frecuencia,
aunque no siempre, los sistemas educativos incluyen también menciones a los estudiantes superdotados
(en este texto emplearé el masculino genérico para aludir conjuntamente a niños y niñas o profesoras y
profesores) y protocolos para su identificación y atención en los centros escolares. El procedimiento
más habitual de identificación de los estudiantes superdotados (reconocido por la Organización Mundial
de la Salud) es la administración de tests psicológicos de medición del cociente intelectual (CI) de los
estudiantes. La distribución de los CI de los estudiantes se ajusta, estadísticamente y para la población
global, a una curva normal (la conocida Campana de Gauss), en la que la media es CI = 100 puntos y se
considera estudiantes normales a los que tienen CI entre 85 y 115 puntos. Por otra parte, se considera
estudiantes superdotados a los que tienen CI ≥ 130 puntos.
Entre los estudiantes considerados normales y los considerados superdotados, se encuentra un grupo de
estudiantes cuyo CI está entre 115 y 130. Estos generalmente muestran una inteligencia superior a la de
los estudiantes normales en una o unas pocas áreas escolares y se les suele denominar estudiantes con
alta capacidad específica o con talento específico. En particular, los estudiantes con alta capacidad
matemática (ACM) o talento matemático son aquellos que muestran una calidad de razonamiento
matemático claramente superior a la de los estudiantes normales de su grado escolar o edad (Jaime y
Gutiérrez, 2021), independientemente de que sean o no superdotados.
MATERIAL Y MÉTODOS
Características de la alta capacidad matemática
Se han realizado investigaciones en educación matemática cuyos resultados ponen de relieve diversas
concepciones erróneas sobre las características de los estudiantes con ACM, principalmente:
Que los estudiantes con alto rendimiento académico en matemáticas (es decir, los que obtienen
calificaciones excelentes en el centro escolar) tienen ACM. Esta relación no es cierta, pues hay bastantes
estudiantes con ACM que no obtienen las mejores calificaciones en matemáticas; e inversamente,
cuando las clases de matemáticas se basan casi exclusivamente en la memorización y resolución de
ejercicios repetitivos, frecuentemente los estudiantes con mejor memoria son los que tienen mejores
calificaciones en matemáticas.
Que los tests psicológicos de CI y psicométricos permiten identificar a los estudiantes con ACM. Esta
afirmación tampoco es cierta, pues diversas investigaciones han mostrado que este tipo de instrumentos
no evalúan realmente el razonamiento matemático y, por lo tanto, producen una cantidad significativa
de falsos positivos y falsos negativos (Díaz y otros, 2008).
Las investigaciones de educación matemática muestran también que la mejor manera de identificar
fiablemente a estudiantes con ACM es la resolución de problemas y la invención de problemas
(denominado problem-posing en inglés). Por otra parte, varios investigadores han observado las formas
de resolver problemas matemáticos de muestras de estudiantes y han llegado a caracterizar diversos
aspectos de actividad matemática en los que destacan los estudiantes con ACM (recopiladas en Jaime y
Gutiérrez, 2014). Entre estos aspectos podemos destacar la creatividad (Leikin y Lev, 2013), el
razonamiento armónico (Krutetskii, 1976), la transferencia de conocimientos y estrategias, la mejora de
procesos de resolución, la inversión de procesos matemáticos y la generalización. A esta última dedicaré
este texto.
La capacidad de generalización en matemáticas
Krutetskii (1976) identificó la generalización como una de las principales actividades en matemáticas,
la cual está presente en todos los niveles educativos, desde la educación infantil hasta el doctorado y la
investigación de los matemáticos profesionales. Además, este autor considera que “los estudiantes con
diferentes habilidades que son capaces de aprender matemáticas se caracterizan por diferencias en el
grado de desarrollo de su habilidad para generalizar material matemático” (p. 84); más adelante,