INTRODUCCIÓN
Desde hace más de 500 años, los conocimientos originarios fueron despojados de diferentes
maneras y algunas veces de formas inhumanas, con el propósito de imponer sus ideales, ajenos a
la realidad (en este caso a la realidad andina). Una de las estrategias que aplicaron fue mediante
la educación, por eso se evidencia que la construcción de las ciencias de la educación que se aplica
en la actualidad, tuvieron como base teorías Europeas, lo mismo sucede con la concepción
matemática que es promovido por paradigmas extranjeras, y esto implica la dificultad de entender
la matemática como parte de nuestra vida cotidiana, pues la mayor parte de la educación
matemática no concuerda con las aplicaciones reales locales, tampoco se considera los saberes
previos, su contexto de los pueblo originarios. Todo esto se ve reflejado en el proceso de aprendizaje
de la matemática, la mayoría de los educandos consideran a la matemática como un campo
complejo y difícil de entender.
Urge descolonizar la educación, la educación matemática ha sido una forma de sometimiento a los
ideales del proyecto modernista-colonial de la supremacía europea, porque incluye lo excluyente:
no considera la cotidianidad, la cultura y los saberes previos de un determinado grupo étnico, el
aprendizaje de matemática y la formación política del ciudadano tiene contenidos ya fijadas y
validada porque proviene de ellos, excluyendo los pensamientos del sur andino (Rodríguez, 2020).
Según Batallas et al. (2019), existen elementos evidentes que fueron utilizados por nuestros
antepasados para realizar cálculos matemáticos como: la Tapana, también conocida como la
calculadora indígena que fue utilizado por los antiguos ecuatorianos, tenemos también la yupana
utilizado por los Incas que servían para realizar conteos y cálculos de suma y resta, luego los kipus,
que servían para registrar información numérica sin escribirla.
Para Ávila (2014), las propuestas pedagógicas dedicadas a matemáticas no dan importancia a los
saberes etnomatemática en los contenidos escolares, por ejemplo, el contexto de la localidad, las
festividades, las actividades agrícolas no son considerados realmente como base de las propuestas
didácticas ni en los procesos de aprendizaje especifico que requiere el alumno. Por lo tanto, los
profesores deben tener un compromiso de integrar la matemática propia de la comunidad donde se
ubica su centro de trabajo, porque la matemática propia de las comunidades indígenas es un rasgo
de identidad y un medio indispensable para preservar la cultura que se puede dar a través de la
escuela.
Según Rodríguez (2021), hacer etnomatemática es una forma de hacer educación matemática
teniendo en cuenta la diversidad cultural, el contexto sociocultural, incluyendo el lenguaje, los
valores, la jerga, sus mitos y símbolos, para aplicar, conocer, descifrar, clasificar moldear
conocimientos en diversas etnias. Y también menciona que la educación matemática y los actores
educativos siguen sujetados a los sistemas dominantes de formar mentes de ser, hacer, sentir y
soñar; Es decir que siguen ejerciendo una matemática occidentalizada. por ejemplo, los
historiadores tradicionales afirman que el cero ha sido descubierto por los hindús, luego paso a los
árabes y a todo Europa, esto es según la historia de la matemática europea, pero si se fijara en
otras ciclizaciones el cero ya lo habían descubierto hace muchos años antes en el continente
americano, en este caso en la cultura maya.
Campos et al. (2023), afirman que la etnomatemática es una estrategia de aprendizaje, ya que
contiene condiciones de aprendizaje significativo aplicando elementos naturales de su contexto, y
esto motiva mejor al estudiante porque se utiliza su lenguaje teniendo en cuenta sus saberes
previos y soluciona problemas de su vida cotidiana. También afirma que beneficia al desarrollo
emocional y la creatividad, porque el estudiante se sensibiliza y utiliza elementos del medio que le
rodea.